Ya el año pasado, “La Ternasca”, propiedad del Chef Cristian Yáñez, nos sorprendió con esta interesante idea, pues este año todavía ha sido más ambiciosa, nada más y nada menos que 30 metros de sabroso roscón, un auténtico trampantojo ideal para conmemorar la festividad del patrón de Zaragoza.
Dentro de nada vamos a tener que cambiar el conocido refrán que le atribuye a San Valero la cualidad de ser Rosconero y Ventolero. Lo del viento, seguirá siendo así, el cierzo forma parte de nuestro clima, los roscones nos chiflan y nos seguirán chiflando, pero el ternasco es nuestra pasión, ¿o no?
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La composición de esta delicia me fue revelada por el propietario aunque alguna cosita se guardaría (siempre hay que dejar algún secretillo suelto): El pan era una especie de brioche similar al roscón (75% de agua, 20% de harina, y 5% de aceite de oliva), El relleno era de guiso de pierna de ternasco tradicional con matices asiáticos, bañado en espuma de patata y ternasco a modo Parmentier; y, por último, La decoración empleada: harina de garbanzo espolvoreada con patatas confitadas y teñidas con aerógrafo.
Además, la recaudación obtenida, igual que en el anterior año, se ha donado a la asociación P.I.C.A, dedicada a la protección de la infancia contra el abuso. Se trata de una asociación integrada por personas voluntarias, la mayoría Moteros. No sólo se dedica a la protección y acompañamiento de menores víctimas de abusos (físicos, psicológicos y sexuales), sino que también imparten charlas informativas sobre bullying en centros educativos.
Y otra cosita, “La Ternasca”, cumplió con su tradición dominguera, es decir, el vermut torero. Su DJ fue el encargado de abrir este evento al son de la canción del Langui, “Se buscan valientes”. Fue uno de los momentos más emotivos.
Desde luego que esta tropa de “La Ternasca” es una cajica de sorpresas, hace pocos días se atrevieron con cenas a ciegas, todo un puntazo…
Así que ya sabéis, seguirles la pista.